un after office de los más recalcitrantes. cual "blancas palomitas" extra-large, lucen sus uniformes de empresario/oficinista (de noche todos los gatos son pardos..) como si eso marcase un umbral de elegibilidad. claro que no basta sólo una camisa. debe ser de marca.
y luego, el pavoneo. hay poco lugar, y ese es el mayor encanto. entonces vamos todos girando en círculos, en espiral, una especie de absurdo juego en un campo plagado de narcisos: mirando y dejándonos mirar, mirando sin hablar, mirando sin ver.
y ahí se cruzan nuestras miradas. te estoy mirando, pero además te estoy viendo.
-¿hablás? ¿o sólo vas a mirar?

la histeria es una serpiente helada y pegajosa que repta entre nosotros. y pocos se atreven a desafiarla.