él me dice "mi amor" mientras me lleva de la mano por la calle y nuestros dedos se comunican en clave morse, enviándose mensajes secretos. "mi amor", se pierde su mirada en mi boca. "mi amor", sus manos dibujan en mi espalda. y lo dice de un modo tan natural que me da pena contradecirlo.
y es casi paradójico, porque yo se lo creo y a la vez no se lo creo. creo que el me quiera decir "mi amor" pero no creo que lo sea. "mi amor", susurra y me abraza. y sabemos que es pan para hoy y hambre para mañana. pero que importa, si es hoy que tenemos tantas, tantas ganas de ese pan.

entonces pienso que es tómalo o déjalo. a veces pienso "tómalo" cuando lo veo sonreír y hablamos por horas de cine o libros o vagamos por calles desconocidas desvirgando bares. pero otras, pienso más "déjalo", cuando me atormenta con sus incertidumbres de siempre y su indolencia recurrente. y los dos sabemos que es una estrategia de defensa, aunque temo que no coincidimos en la definición del ataque.


mientras yo tomo mate en la tierra del café y añoro una tormenta bajo el sol implacable del caribe, él dice que ahora quiere un café y que está empapado porque corrió bajo la lluvia porteña.
dice también que hay transmisión de sensaciones como la hay de pensamiento,y sobradas pruebas tenemos de que existe entre nosotros,aunque muchas veces hagamos oídos sordos. yo digo que a veces me cuesta diferenciar entre sensaciones y pensamientos. grave defecto el de ser un ser demasiado mental.